martes, 8 de mayo de 2018

¡Ay Señor, de lo que me he dado cuenta!



                                         
Así de sencillo y no me voy a excusar porque al mundo “normal” le pase lo mismo. Pues he aquí que me parece que me falta mucho para ser tu amiga… ¡Espera! Es que Tú dices que TODO nos lo has dado a conocer y que por tanto ya no somos “empleados” sino amigos del Jefe: TÚ.

Pues mira por dónde que Tú has dicho muchas cosas y YO NO ME LO SÉ TODO…

 Conclusión: Soy una amiga pobre, o mejor, no llego ni a conocida: Que si todo el Antiguo testamento encadenado al Nuevo, que si los Salmos, que si “Los Hechos”, que si las Epístolas a medio mundo: A los Romanos, Corintios (¿?), Gálatas (¿?), Efesios, Filipenses, Colosenses (¿?), Tesalonicenses (¿?), Timoteo (¿?), Tito (¿?), Filemón (¿?) (me recuerda a Mortadelo y Filemón), Hebreos… No tengo “nidea” de quienes son muchos de estos señores oyentes.

¡Qué horror, Dios, qué parca en conocimiento!… Espera, escuchar escucho pero se me va, ¡ah! y cómo la resonancia del “micro” de la Iglesia reverbere mucho, como que ya… ni eso y no pienso quejarme más veces al cura.

¿Tendré tiempo para escuchar todo lo que dijiste? Sí, tengo el Libro Sagrado, pero con una letrica… que a mis años, tampoco es que vea como un búho.

En fin, Dios, dame una solución rápida porque quiero ser tu amiga, no es que me importe ser sierva, pero prefiero ser amiga del alma y a este paso… 

Esto es como los Rosarios a la Virgen… Al segundo Misterio zzzzzzzzzzzzzzz, hasta el día siguiente que vuelvo a empezar y al ratillo zzzzzzzzzzzzzzz ¡Qué desastre!

Perdonadme los Dos, es que no hay manera de hacer las cosas bien. Pero ¿valen los intentos y las ganas?

- No sé, no sé… Me lo tengo que pensar

¡Genial!

 Emma Díez Lobo


No hay comentarios:

Publicar un comentario