La
periodista Irene Pozo, responsable de la producción del área socio religiosa en TRECE TV y conductora del espacio “Crónica Vaticana”,
entrevistó a don Ángel Pérez teniendo como fondo del programa la reciente
Exhortación Apostólica “Gaudete et Exsultate” del Papa Francisco.
1.-
Don Ángel, la llamada a la santidad no es nada nuevo. ¿Por qué cree que el Papa
ha considerado recordarlo ahora con esta Exhortación?
Como
muy bien dice nuestro refranero: «después de los años mil, las aguas vuelven
por donde solían ir» Imagino que el Papa, como tantos otros, está persuadido de
que la enfermedad más grave que aqueja al ser humano en el siglo XXI es la
miopía, esto es, no distinguir en las personas a tus hermanos. Y en ellos a
Dios. El objetivo es, por tanto, restituir el orden de la creación soñada por
Dios, donde el ser humano es imagen de Dios, el centro de la creación. De lo
que se trata es de recordar a la humanidad cuál es su verdadero origen y
destino: «el haber sido llamados a vivir eternamente de la plenitud del AMOR de
AQUEL que un día nos creó».
2.-
¿Algunas claves de esta Exhortación Apostólica?
Es una
Exhortación que utiliza un lenguaje coloquial, cercano, familiar.
Es una
Exhortación que va dirigida a todos. Y a cada uno en particular.
La
santidad no es exclusiva de un grupo de selectos.
No se
necesitan títulos ni Votos religiosos especiales.
Basta
sólo tener abierto el corazón.
Intentar
que gane el amor.
Vivir
el espíritu de las bienaventuranzas.
Entrar
en contacto personal con Jesús.
3.-Cada
uno tiene su propio camino de santidad y no debemos conformarnos con una
existencia mediocre, como indica el Papa. A pesar de ser tan imperfectos, tan
pecadores… ¿realmente estamos llamados a la santidad?
¡Más
vale…! Nacimos para ser felices, no para ser perfectos. Menos mal. Somos
criaturas y por lo tanto sujetas al espacio y al tiempo, vulnerables y
frágiles. Imperfectas. Jocosamente suelo decir a la gente cuando me pregunta si
ellos también son dignos del perdón y de la misericordia que «el pluscuamperfecto
es un tiempo verbal que solo conjuga Dios. Nosotros, el imperfecto y gracias».
4.-
Hay una propuesta del Papa que me encanta en esta exhortación. Cuando habla de
fijarnos en los “santos de la puerta de al lado”: los padres que crían con amor
a sus hijos, hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa,
enfermos… ¿Se trata en cierto modo de buscar esa llamada a la santidad en
nuestro día a día?
Ser
santo, según refiere el Papa, está al alcance de tu mano y de la mía… aunque
muchos exclamen: «¡anda ya!» «¡de qué vas!»
Basta,
refiere el Papa Francisco, con que aciertes a conectar con Dios, es decir, a
entrar en relación personal con Jesucristo. Él es quien ofrece a cada persona,
hoy igual que ayer, plenitud de sentido en su vida, autenticidad, alegría,
libertad, creatividad, fecundidad, sinceridad, felicidad… Son los valores que
Él mismo encarnó en su vida. Y que siguen siendo tan actuales como necesarios
hoy día.
5.-
Y cuando perdemos los nervios, cuando salen las malas palabras (muchas veces
con las personas que más queremos), cuando dejamos de ser un ejemplo… ¿Qué
podemos hacer? ¿Cómo retomamos el camino?
Pedir
perdón. El perdón nos ennoblece. No es de seres inferiores. Basta con “resetear”
tu disco duro, tu corazón. Es a través del perdón constante como llegamos a ser
como el Padre. Perdonar de corazón es muy difícil. El perdón de Dios es
incondicional, surge de un corazón que no reclama nada para sí. El perdón me
permite ver más allá de mi muro y saltar ese muro y acoger a los otros en mi
corazón sin esperar nada a cambio.
6.-
Hace poco escuché de usted unas palabras muy bellas que como consejo creo que
son un gran ejemplo: “si notas que te bloqueas con mucha frecuencia, que andas
muy estresado, irascible, que tu sistema se cuelga y has perdido el brillo de
tus ojos… necesitas “resetear” tu corazón. ¿Cuál es la contraseña para hacerlo?
¿No
crees que Dios hace las cosas muy sencillas y que a los humanos nos encanta
complicarlas…? Sé tú mismo, siempre. Y trasparentarás al Dios que llevas dentro
de ti.
7.-
También hay peligros contra los que advierte el Santo Padre en su Exhortación.
El consumismo o una espiritualidad sin encuentro con Dios, son algunos de
ellos.
¡Qué
grande el Papa Francisco que pone el dedo en la llaga! No es lo mismo hombres
de rezos que hombres de oración. No es lo mismo hablar de Dios que hablar desde
Dios. No es lo mismo buscar la salvación a través del poder de las ideas o del
esfuerzo humano (la ley, las normas, la doctrina, los ritos, el prestigio,
etc.) que a través de la GRACIA que Dios otorga a todos los que están lejos del
hogar para que puedan regresar a él. La santidad es otro modo de mirar el
mundo.
8.-
La vida cristiana, como
señala el Papa en el último capítulo, es un combate permanente. Se
requiere fuerza y valentía: no se trata solo de una lucha contra el mundo y la
mentalidad mundana, ni contra nuestra propia fragilidad (la pereza, los celos)
sino que es también una lucha constante contra el mal… ¿qué herramientas
podemos usar para esta lucha en nuestro día a día?
Te voy
a contestar como respondía siempre el tío Manolo de mi pueblo cuando la gente
le preguntada qué iba a tocar esa tarde con la banda: «lo de siempre, pero con
más bombo» La herramienta, como siempre, es el encuentro personal con el Señor
concretado a través de su Palabra, de los Sacramentos (los siete momentos más
relevantes de la vida) y sobre todo de las personas, más desheredadas.
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