Ya y yo santa Teresa… ¡Pero bueno!, ¿es
que no te das cuenta de que puedes ser de los peores?
Primero: Porque te crees impoluto, sin mancha.
Segundo: Porque no te interesa el Evangelio de Jesús para vivir.
Tercero: Porque no pides perdón a Dios en confesión ¡Claro!, eres buena persona y piensas de “otra
manera”. Los Santos no salían de sus confesiones diarias (el Papa se confiesa
siempre).
Cuarto: Porque te convences de tus propias ideas, que no son las de
Cristo.
Quinto: Porque sin la Eucaristía difícilmente tendrás la fuerza del
arrepentimiento, evidente, como a ti no
te hace falta…
Sexto: Porque pasas de la miseria ajena y dolor
del mundo; pues a ojos de Dios, cuando el
bueno “se oculta”, es peor que un malo arrepentido.
Sétimo: Porque pisas la Iglesia cuando te
parece o en actos de obligada presencia… Te
conviertes en un fariseo más. Lc 18:9-17; 7:36-50 y Mt 23
Octavo: Porqué… ¿Rezas por los malos? Ya me lo
temía, genial, después pasa lo que pasa… Jesús
imploró por ellos ¡hazlo tú!
Noveno: Crees reconciliarte con Dios “en directo”… No te engañes, Dios así, no te perdona.
Décimo: Porque alabas imágenes sin importarte lo que te quieren decir.
Seguiría contando innumerables faltas,
culpas y manchas que todos tenemos, pero a diferencia de ti, pedimos perdón.
En fin, “buena persona”, deja de decir tonterías y vete a confesar porque
lo tienes fatal, fatal. ¿Sabes que un montonazo de pecados leves hace uno
mortal? Pues ya lo sabes y si no reaccionas, no sé cómo eres capaz de pensar en
salvación.
Estás a tiempo, pero date prisa no sea
que te caiga un árbol encima y…
Está Escrito ese lugar ¡Cuidado!
Emma
Díez Lobo
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