jueves, 21 de junio de 2018

Fuera del redil…


                                                                                                                                     
Y… Ella miraba el whatsapp, hasta que me harté. Pues le venía hablando de que retomara la Iglesia, que bautizara a sus hijos, que “su pareja”, quien la había abandonado no era una unión de Dios… En fin, un alma más que daba la espalda a Dios, para no variar.

- … ¡Qué me voy a misa ya!, le dije.

- Espera, espera queeeeee… Voy contigo…

- ¡Pero si no tienes ni idea!, piénsalo bien, o vas con ganas de escuchar el Evangelio o mejor no vas. Los fariseos a Dios, no le gustan un pelo.

- Sí, quiero ir, pero no me acuerdo casi de nada… Hace tantos años…

- Eso es lo de menos, ya te enterarás, lo importante es que en verdad quieras ir, pero sin confesar ¿para qué vas?, necesitas la Comunión, es lo único que te dará fuerza y paz. 
   
- Pues me confieso.

- Jopé, si necesitas día y medio…

-Noooo, le digo que robé de pequeña y etc. etc.

- Yaaaaaa… y ¿lo gordo?, me dejas a cuadros… Pide al Espíritu santo que te ilumine… 

Whatsapp al canto…

- ¡Ah!, y piensa que es “Dios” con quien te confiesas. No le ocultes nada.      
- Emma, necesito sentirme bien, tengo tantos problemas…

- Pues para eso vamos y da gracias porque no ha sido fácil para ti (llevo mucho tiempo detrás) y verás como todo cambia. Ten paciencia, pide FE…  

- ¡Cierra el móvil, Emma, que no nos suene!  (¡ toma !)

Y allí que nos fuimos tan contentas. Ojalá que el Nuevo Testamento que le di se convierta en parte de su vida, si no, será imposible hacer que nazca la FE y con ella, la paz.     

Emma Díez Lobo


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