viernes, 12 de marzo de 2021

A ver, jóvenes

 


                                                               

 Parece que solo os interesa pasarlo bomba, estudiar, o trabajar, sin tener conciencia de que podríais morir. Fatal necedad creer que sois eternos cuando ni días ni años podéis comprar.

La muerte es un hecho sin tiempo, sin aviso; una verdad trascendental que obviáis por pura comodidad y vivís como robots sin alma.  

Pues sabed que cualquier minuto de vuestro reloj puede ser el último para dar paso al primero en el Palacio de Justicia. Allí compareceréis ante un Juez que os presentará el libro de vuestra vida, pleno de dolor infringido a su Persona y a su templo -Pasión de Cristo que continúa-, donde no tendréis defensa ni excusas, porque ellas mismas os condenarán.    

Pasasteis de la Imposición de manos del Perdón mientras Dios os esperaba día tras día;  pero ¡Claro!, ni ibais a morir, ni el prójimo era importante, ni eráis templo de Dios...  

Vano pensar en el Purgatorio donde se cumple la pena de la culpa redimida. Pena que habríais saldado con Indulgencias Plenarias, pero a las que también disteis la espalda. ¿Culpa sin remisión y pena juntas?

¡Jóvenes! Tened presente la remisión y la muerte. Quiera la vida daros tiempo para “escribir Evangelio en vuestros libros” y, sed testigos de almas jóvenes que emprenden el viaje de no retorno; tal vez sea la manera de que entendáis la verdad de la primera muerte, porque la segunda la impone Dios.

Y no me preguntéis por los que no conocieron la salvación en Cristo ¡Vosotros sí! 

Emma Díez Lobo

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