Belial
anda suelto, como está sentenciado en la Escritura. Vende alianzas, recluta
adeptos y vemos a sus legiones en cuerpos trajeados o no, en bocas infames; le vemos
en la calle, tv, redes sociales, en el Parlamento.
Se
pinta los ojos, tiene voz de mujer y de hombre; tiene o no corbata y cabellos pintados
del color del infierno… Muerte, miseria, traición y violencia; trágico pacto,
incapaces de ver cómo se les quema el alma.
Belial
les ha robado la trascendencia y, ni Belial ni Dios existen, jugada perfecta
para el primero con final fatal. Gente extraña que parece provenir de las
profundidades con un chip destructivo para acabar con el bien y la vida -y eso
que nacieron limpitos-. Carecen de discernimiento, cediendo su eternidad
gloriosa por otra de pena espantosa y eterna. Sta. Teresa nos relató una visión
del Hades, que por cierto visitó en cuerpo y alma y que no puedo describir, pero
habría que leer.
Belial,
está que “lo flipa”… Cuando llegue “aquel” día, Dios será implacable con el
hombre; no sé cuántos pondrá a su izquierda, solo sé que si los pusiera en
fila, llegarían a la galaxia “Centauro”, eso si no es más lejos.
Pidamos
para cambiar sus corazones, por sus almas, por las nuestras, por una humanidad
creada para el cielo y que por desgracia muchos no verán.
¡Atentos!
Llevan una señal de Caín en la frente, alejaos pero rezad por ellos a ver si se
les borra…
Emma Díez Lobo
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