A vueltas con la
pandemia; no es que me guste el tema pero es que se está convirtiendo en una
auténtica pesadilla. Apenas salimos de una ola y ya se nos anuncia la siguiente
y además desde distintos frentes nos asustan alertándonos de efectos
secundarios de las vacunas. Todo esto genera incertidumbres, miedos... etc., y
nos falta un soporte que nos tranquilice.
Explico lo del soporte.
Tiempos atrás, en pandemias como por ejemplo la peste, diezmaban nuestros
pueblos y ciudades pero con mayores o menores luces la gente tenía a Dios de
soporte. Hoy el hombre se ha creído tan autosuficiente que -en general-
prescinde de Dios... y de pronto sobreviene está pandemia que le coge sin
soporte en el que apoyarse y un hombre sin "soporte" ante una pandemia
así se vuelve "insoportable".
Es lo que estamos
viendo, que el hombre sin Dios es víctima de sí mismo, impotente para controlar
sus miedos, su equilibrio mental se bambolea de parte a parte. La Buena Noticia
es que podemos relegar a Dios pero Él a nosotros no y por eso vuelve a
decirnos: "Venid a mí los que estáis abatidos y exhaustos… yo os daré
descanso..." (Mt 11,28-30)
Sí… vosotros… los que
estáis de espaldas a mí, daos la vuelta, miradme… "Yo soy vuestra
victoria" (Sl 35,3).
P. Antonio Pavía -
comunidadmariamadreapostoles.com
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