Tú venciste al mundo porque eras Dios, pero nosotros ni con el vecino nos apañamos...
- Emma, que es otra
clase de victoria, Yo vencí a la muerte, vencí al mal y vosotros si me seguís, venceréis
como Yo.
- Ahhhh ya me
parecía... Porque las cosas en los humanos es de traca: Si consigues algo, por
otro lado te lo quitan; si te ríes hoy, mañana lloras; si ganas, pasado pierdes
y, así circula nuestra vida tal que noria constante. Tu vida sin embargo fue linealmente
difícil, sin vaivenes, “solitaria”, sin alegrías y muy corta.
- Cierto, siempre
fue controvertida y hasta el extremo incomprendida, no puedo decir que fuera feliz,
pero al final, cuando me llevé todo vuestro mal me sentí realizado, el Hombre más
pleno de la tierra y del cielo.
Vosotros en cambio solo
llevaréis vuestros pecados, por cierto, no estaría de más que aligerarais el peso...
- Ya, si lo sabemos
de sobra pero parece que nos atraen los kilos... ¡Madre mía, si nos calláramos más
de cuatro veces!
También veo cómo se
tortura al mundo y me pregunto cómo vencer tanto mal... No está en mis manos
tal hazaña, pero puedo hacer algo desde la bondad, la denuncia, el voto... ¡Grandes
los que se implicaron por el bien hasta morir!
- Lo sé, estuve con
ellos. Vosotros, obviad el Poder, los ídolos de papel y yeso, manteneos en la
caridad y estaré también con vosotros ¡Ánimo, venceréis!
- Vale, nos
animamos pero Contigo, si no, ni vencimiento ni nada que se le parezca...
Emma
Díez Lobo
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