Pobre hombre, tres
veces Jesús le preguntó y tres veces contestó que sí. Pedro amaba en verdad a
Jesús pero no Le entendía...
Y nosotros tampoco,
ni a la primera ni a la tercera... Jesús quiere ser amado pero no como Hombre
bueno que vino a la tierra haciendo milagros, sino como Camino a seguir según sus Palabras, que no tiene mucho que ver.
Y después dice a
Pedro: “Apacienta mis ovejas”, por fin se enteró y, ahí estamos tú y
yo con él a la cabeza, siguiendo el cartel (único en el mundo) que dice: “¿Al cielo?, sigue la flecha”....
Amar y seguir a Jesús
es como ser “santo”, es llevar por bandera la caridad, el bien decir, la lucha
por olvidarse de uno mismo hasta el
punto de saber que amas a Dios. Sí, es como vivir entre la tierra y el
cielo.
El “SÍGUEME” de Jesús es posible, cada uno
desde su medida, que no es portar símbolos cristianos si no estás dispuesto a
cumplir. Esto no es seguir a Jesús. Habréis visto en Tv la imagen de María en
paredes de habitaciones de sicarios, la cruz tatuada en brazos ejecutores y
cruces colgando en gente antireligiosa... Una clara mofa de Dios.
Imitemos a Pedro porque
al final, sí o sí, seremos preguntados y ojalá podamos demostrar que seguimos
la famosa flecha y no la otra que ponía a “las Vegas”.
Es fácil decir “TE
QUIERO” a Dios desde “cualquier otra ciudad” que no sea la suya... ¡Así nos va!
Emma Díez Lobo
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