Esto es el Adviento para los católicos,
“el próximo nacimiento” de nuestro Salvador aunque la mitad del mundo pase de
ello o no lo sepa como en el Mato grosso (donde si entras te comen vivo).
¿Nos toca preparar su “inminente
llegada”? Pues no, ya nació hace 20 siglos, nos toca cambiar de verdad, mirar sin
recelo el sufrimiento ajeno.
El Adviento es la época del año del
reciclaje, de ponerte gafas progresivas y VER, de vivir la esperanza del cielo,
cumpliendo con el Evangelio. Es hacer el bien aunque tengamos ganas de
fastidiar.
Nos quedan unos días para la conmemoración
de la Natividad. ¿Hemos tenido la intención de renovarnos?, ¿seremos capaces?
¡Ojalá! Pues todo lo que sucede en el mundo es a causa de olvidar el porqué
nace, nació y nacerá Jesús. No se toma enserio
Fijaros si lo que digo es cierto, que
la tierra la estamos destruyendo y nosotros aniquilándonos sin sentido: Corea
del Norte, Yihadistas, asesinos, droga… Maldad a la enésima potencia.
Muchos Advientos tendrían que llegar a
las mentes humanas, muchos.
En cuanto a la Navidad, no veo que sea una
fiesta como tal, para mí es la llegada del perdón, el abrazo conciliador, la
esperanza, el sacrificio de llevar una cruz
como la llevaría el Niño de Belén y, un mirarte por dentro de lo que vas a
entregar a Dios el día que te vayas.
La Navidad es el principio de la
sabiduría; el Adviento, abrir la mente para recibirla.
Emma Diez Lobo
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