Me encuentro en la cola de “la inseguridad” pero de la seguridad... Espero vengas conmigo porque el Ángel de la Guarda viene pero para sostenerme si hago “zas, capút”...
Es que Tú sabes el lío
que tienen estos inexpertos y nos confunden, no sé si es para fastidiar o que
les da completamente igual... Pero gracias por darme la oportunidad de poder
abrazar a alguien y darle un beso, algún día.
Y una amiga va y me
dice ¡Uy qué error!, yo no me vacuno,
Dios me cuida...
- ¿No será que Dios te ha buscado para
vacunarte? le contesté
-
¡Sí hombre, Dios se va a ocupar de mí!
En qué quedamos, se
ocupa o no se ocupa... De verdad que ésta
mujer no sabe quién es el Dios que vino a la tierra; mejor, quedarse con un
Dios que le cuida y no le cuida...
-
Yo hablo con Él varias veces al día... Me dice
- Ah ¿Sí?, pues parece
que hablas con el viento porque no te enteras... Primero Él te Habla y después
tú Le escuchas, o Le das la espalda ¡a elegir!, pero si haces esto último y
además tampoco Le Lees, ni Le Comulgas, ni Le visitas, ni crees en sus
Consagrados... Dime ¿Qué Gracia esperas?... ¡Anda y ponte la vacuna y deja de jugarte
la vida o creer que hay un milagro esperándote, así al “tuntún”!
Y ya no quiere hablar
conmigo... ¡Jesús!, y ¿ahora qué hago?
- “Pídeme por ella y dame su
nombre”
Emma Diez Lobo
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