Me amó y
se entregó por mí.
Hoy
celebramos la Fiesta de Jesús Buen Pastor. Nos fijamos en el comienzo de este
Evangelio: "El buen pastor da su vida por las ovejas". Cuidado con
los sentimentalismos; podemos pensar que sus ovejas somos tan “súper buenas” y
cumplidoras que casi nos parece normal que haya dado su vida por nosotros.
Recurrimos
a San Pablo que nos hace ver que el Hijo de Dios entregó su vida por nosotros
siendo pecadores… es decir estando de espaldas a Él, porque más allá de rezos y
sacrificios mantenemos nuestras posiciones de vanagloria.
Oigamos
al Apóstol: "...por un hombre bueno, tal vez alguien podría morir, más la
prueba de que Dios nos ama es que nosotros siendo aún pecadores, murió por
nosotros..." (Rm 5,7-8). Cuando una persona lleva a su corazón esta
realidad de que El Hijo de Dios se entregó a la muerte porque le importaba más
la vida de su oveja que la suya propia , y que para rescatarla de entregó a
muerte ignominiosa, muerte de Cruz… esta persona se deja ya de tonterías, de
tira y afloja con el Santo Evangelio y mirando a los ojos a Jesús le dice
amorosamente: ¡Me has rescatado con tu propia Vida… esa es la Vida que yo
quiero tener... sé que es inmortal! ¡Aquí estoy, quiero ser tu Discípulo!
P.
Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com
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