En la Escritura la
mujer representa la intuición del alma, intuición revestida de audacia amorosa.
Hoy celebramos la Resurrección de Jesús, garantía de la nuestra.
Recordemos que los
Apóstoles, escépticos ante la proclamación de Jesús: ¡Resucitaré! creyeron que
con su muerte se había desvanecido la quimera de que fuese el Hijo de Dios.
Dirían fue una gran experiencia, hemos soñado algo glorioso con Él pero se
impone la realidad del Calvario. María Magdalena y sus dos amigas están tan
afectadas como los apóstoles pero no se rinden. Si Pablo dijo de Abraham que
creyó contra toda esperanza (Rm 4,18) de estas mujeres diría que amaron
audazmente contra toda lógica.
Se encaminan al
sepulcro sabiendo que les es imposible ver nada pues la piedra que sella el
sepulcro de Jesús es enorme. No importa... ellas continúan su búsqueda, el amor
por encontrarle es mayor que todos los impedimentos y temores. Al llegar dice
Marcos que levantaron los ojos y vieron al Ángel que les anuncia ¡Ha Resucitado!
En el Evangelio vemos
que Jesús levanta sus ojos cuando habla con su Padre: (Jn 11,41… Jn 17,1...).
Es la fuerza de las intuiciones del alma, de ellas habla el filósofo Henri
Bergson, la que nos mueve a levantar los ojos del mundo visible para dar con Él
Invisible. Estas tres mujeres, quizás no muy letradas, nos enseñaron que
las intuiciones del alma... elevan nuestros ojos al cielo hasta que encontramos
a Dios.
P. Antonio Pavía -
comunidadmariamadreapostoles.com
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