viernes, 23 de abril de 2021

Jesús comió pescado

 


                                                         

 Pues sí y no sé si tenía hambre, lo que sé es que quiso demostrar que había Resucitado y que nosotros lo haremos también en cuerpo y alma. En la Cruz dijo a Dimas: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Nada de transparencias ni cuerpos invisibles como algunos creen, será nuevo, diferente.

Ni arrugas, ni granos, ni estropicios... Seremos espejos de almas impecables y los seres queridos nos reconocerán por nuestros rasgos, porque por “hablar” como sucedió con Cristo, como que no.   

No penséis que el hecho de que comiera pescado -símbolo del Cristiano- significa que en el cielo haya supermercados... Pues tampoco, allí no hay ninguna necesidad terrestre, todo deseo será a pedir de pensamiento para felicidad del alma y ayuda a los que aún esperan en la tierra.     

La vida de Jesús es un constante ejemplo con hechos milagrosos a entender; no solo fue comer pescado cuando volvió, sino anteriormente a su Muerte, en una ocasión hizo que los demonios se metieran en cuerpos de cerdos y estos se suicidaran en masa, y ¿Por qué en cerdos “sin culpa”? Para mí fue un aviso: “Piara” de personas sin corazón que acabarán en los abismos”, y... Le echaron del pueblo ¡Como siempre!     

Pienso, que lo sucedido aquél día en Emaús fue importantísimo para la humanidad y sus miedos a desaparecer por siempre. ¡Madre mía! Qué ilusión vivir en medio de un amor inimaginable, el que conocemos aquí no es más que una ligera sombra del verdadero.

A mí, éste pasaje me da una paz extraordinaria. Gracias por comer pescado...

  Emma Díez Lobo

 

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