Perdonad pero no hablo
de Aquél día en la Vía Dolorosa, sino de hoy… Es de traca lo que aún padece el
pobre Jesús. ¿Calvario?, martirio constante diría yo, y mirad que no es por Él
sino por la pena infinita que siente por nosotros. No entiendo nuestra actitud.
Todos los días (no se
salva ni uno) andamos, o protestando, mascullando, criticando, juzgando, reprochando,
murmurando… ¡Un cuadro! (Que jamás nos enseñó Jesús).
¿Pero es que no podemos
ser “normales” un ratito? Pues va a ser que… difícil. Y esto no es lo malo, lo
malo es que lo vemos tan “natural” como cocinar lentejas. Pero hemos de saber que la reiteración constante de pecados veniales,
alejan de la caridad, de la humildad y
de la Gracia de Dios, quedando a merced del pecado mortal.
¿Católicos, Apostólicos
y Romanos?, ya, y astronautas… Es queeee… pufff, “ni combate interior ni flores”, es tan habitual que… ¡Tela!
Pablo asesinaba, era su
guerra contra la fe y se transformó de cuajo. ¿Cuál es nuestra guerra?: La vida diaria, pero con tanta
lentejaaaaaa… Pues, peores que Pablo.
Solución
a la desfachatez:
Contar
hasta 100, mirar la parte buena, cambiar de “tema”, no quejarse (si nos duele
el riñón, sí), no ser cacatúas y pensar lo
que Jesús hacía: Hablaba de frente y para bien, sufría en silencio, no
condenaba y no era cotilla (y muchas más cosas).
¡Venga!, empecemos hoy
o sigamos en el intento y renovemos “nuestra
casa”. Es grande sentirse Cristiano y Católico, las Gracias son innumerables:
Yo os prometo, haber disfrutado de ellas.
Ganemos el combate de las “dichosas lentejas” ¡por
Dios!, estamos en Semana Santa.
Emma Díez Lobo
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