Jesús, buen pastor, que “huele a oveja”
En
la homilía de la misa crismal del Jueves Santo del primer año de su pontificado
el Papa Francisco invitó a todos los
sacerdotes presentes a ser pastores que “huelan a oveja”, es decir, que vivan
entre sus ovejas, conozcan sus problemas y necesidades y compartan sus alegrías
y sufrimientos, sabiendo tratarlas adecuadamente. Esta característica hay que
aplicarla de manera especial a Jesús
resucitado, buen pastor, característica que subraya de una manera especial la
liturgia de este domingo.
Jesús resucitado
“huele a oveja” porque “huele a humanidad”, vivió una existencia como la
nuestra menos en el pecado. Vino a nuestro “establo” encarnándose y viviendo como uno de nosotros, mostrándonos
con palabras y obras el camino que nos lleva al Padre. Por nosotros murió y
resucitó, y ahora, resucitado, continúa su labor. Él nos conoce a cada uno de
nosotros, nuestros problemas, dificultades, deseos y alegrías. Está en el
corazón de cada hombre ofreciendo su salvación. Él comparte su gloria con todos los testigos que han dado
su vida por el testimonio (2ª lectura).
Ahora El nos guía y
alimenta primero por medio de su Espíritu, que ha enviado a nuestros corazones,
recordándonos sus palabras y dándonos
fuerzas para realizarlas.
Después por medio de
su Iglesia. Todos los miembros del pueblo cristiano tenemos que ser conscientes
de esta tarea, honor y responsabilidad. En la familia los cónyuges entre sí y
con los hijos y con sus círculos de amistades; en la sociedad “oliendo” a los problemas de los
conciudadanos y comprometiéndonos lealmente como cristianos por el bien común;
igualmente, dentro de la comunidad eclesial, como miembros del Cuerpo de Cristo,
hemos de caminar juntos, preocupados mutuamente unos por otros, conociendo
nuestros problemas y deseos, ayudándonos con el mutuo ejemplo, la amistad y el
consejo, teniendo una preocupación especial por los miembros débiles y por los
diversos tipos de ovejas que andan perdidas.
Finalmente por
medio de nosotros sacerdotes, que por el sacramento del orden participamos de
manera especial la tarea de Cristo buen pastor, a quienes ha encomendado la
misión de hacer visible su amor y cuidado y en cuyas manos ha puesto los
sacramentos que alimentan a su pueblo. Necesitamos comprometernos seriamente en
oler a Cristo y oler a oveja. Jesús, antes de encomendar sus ovejas a Pedro por
tres veces le pidió amor, igualmente nos pide esta amor a cada uno de nosotros,
pues este amor será garantía del cuidado desinteresado de las ovejas: « Tened cuidado de vosotros y de toda la
grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para
pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo»
(Hch 20,28). “Oler a oveja” como expresión de conocer y compartir la
preocupaciones reales de los hombres de hoy y ayudarles a afrontarlas y
superarlas como cristianos. El papa Francisco pide constantemente oraciones por
su ministerio, igualmente los sacerdotes debemos pedir ser fieles pastores en
nuestro ministerio.
En la Eucaristía
Jesús resucitado ejerce como Buen Pastor, alimentándonos con su palabra y con
su Cuerpo y Sangre.
Rvdo.
D. Antonio Rodríguez Carmona
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