viernes, 15 de julio de 2016

El dolor de Dios y de Francia

                                             


No podemos escandalizarnos de lo que estos que dicen “Alá es grande”  pueden hacer, porque harían mucho más de lo que hacen si no fuera porque simplemente se les impide… 

-Dios, que estuviste en el asfalto recogiendo almas antes de tiempo y que habías creado para compartir tu Reino, ten Misericordia con ellos. Ya, ya sé que lo habías advertido (“No sabéis el día ni la hora”) y no una sino mil veces, pero éste es el año Santo y el mundo no es consciente de su aleatoria muerte… 

-La misericordia es para los vivos…

 -Lo sé, y no puedo decir más que lo siento horrores, aunque también sé que ni la cuarta parte que Tú porque son Tus hijos, yo no los creé; es Tu Reino el que deseabas darles, yo no tengo reino; es Tu Muerte por su perdón, yo no morí por ellos. ¡Cuánta angustia debes tener!

Padre, sé que no debías suprimir libertades y el camión seguía matando ¡Qué encrucijada!, si anulabas la libertad y parabas el camión, nos convertías en marionetas sin Reino; si la concedías para ganarlo, nos quitaban la vida en la tierra y el tiempo de Contrición…

¡Cuánta pena!, pero tus lágrimas son mucho más dolorosas y sin medida ¡Oh terrible angustia la Tuya!

¿Qué puedo hacer por Ti, Padre nuestro? Te ofrezco mi pecho y mi regazo pues no sé cómo parar Tu dolor…

-Reza por ellos, no puedes hacer otra cosa y pasad La Puerta Santa por sus almas, ahí están las indulgencias que quiero obtengan para traer a todos Conmigo. Di esto por el medio que sea. 

Lo hago ahora Padre mío y, ojalá llegue este escrito a sus familiares y amigos.

   Emma Díez Lobo


No hay comentarios:

Publicar un comentario