No podemos
escandalizarnos de lo que estos que dicen “Alá
es grande” pueden hacer, porque
harían mucho más de lo que hacen si no fuera porque simplemente se les
impide…
-Dios, que estuviste en
el asfalto recogiendo almas antes de tiempo y que habías creado para compartir
tu Reino, ten Misericordia con ellos. Ya, ya sé que lo habías advertido (“No
sabéis el día ni la hora”) y no una sino mil veces, pero éste es el año
Santo y el mundo no es consciente de su aleatoria muerte…
-La misericordia es para los
vivos…
-Lo sé, y no puedo decir más que lo siento
horrores, aunque también sé que ni la cuarta parte que Tú porque son Tus hijos,
yo no los creé; es Tu Reino el que deseabas darles, yo no tengo reino; es Tu
Muerte por su perdón, yo no morí por ellos. ¡Cuánta angustia debes tener!
Padre, sé que no debías
suprimir libertades y el camión seguía matando ¡Qué encrucijada!, si anulabas
la libertad y parabas el camión, nos convertías en marionetas sin Reino; si la
concedías para ganarlo, nos quitaban la vida en la tierra y el tiempo de
Contrición…
¡Cuánta pena!, pero tus
lágrimas son mucho más dolorosas y sin medida ¡Oh terrible angustia la Tuya!
¿Qué puedo hacer por Ti,
Padre nuestro? Te ofrezco mi pecho y mi regazo pues no sé cómo parar Tu dolor…
-Reza por ellos, no puedes
hacer otra cosa y pasad La Puerta Santa por sus almas, ahí están las
indulgencias que quiero obtengan para traer a todos Conmigo. Di esto por el
medio que sea.
Lo hago ahora Padre mío
y, ojalá llegue este escrito a sus familiares y amigos.
Emma
Díez Lobo
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