Ni
el Islam los quiere… Es frenética la escalada de muertes sin razón en el mundo.
¿Tanta
ignorancia rodea a estos hombres? Más que eso, mentes débiles, acomplejadas y
vengativas, se han radicalizado a manos de líderes, Bel cebúes en acción que desde la retaguardia adoctrinan en el odio y
la tortura.
¡Les
ha vuelto locos la locura del fanatismo social, religioso y político! Satanás
no pierde su tiempo…
Jesús
nos decía:
-“No
temáis, podrán matar el cuerpo pero no el alma”, es el apoyo de Dios a
sus amigos, la fuerza que necesitamos
para seguir sin entender una sola muerte inocente; es la profecía en
cumplimiento.
Ya
no sabe uno ni por quien rezar, interminables atentados islamistas para ganar un
“paraíso infernal”. ¡Pobres asesinos
seguidores de no se sabe qué!
La
vida es un don inalienable que se arrebata como
el que come pipas o bebe un vaso de té… No puedo calificar tal barbarie, supera
mis sentidos. Lo más triste es que los
sucesos son tan habituales que acabas por acostumbrar tus oídos y, te vas a la
cama rezando por “tu hijo que no tiene trabajo”
¡Válgame Dios!
¿Dónde
la hermandad? No basta que unos la sientan, es imprescindible que la sintamos todos por todos.
Oremos
por ellos, víctimas y verdugos, por nosotros y, aunque en medio de tan larga lista caigamos en “brazos de Morpheus”,
Dios apunta, nos calma y nos dice: “Paz a vosotros”.
-¡Gracias Dios!, teniendo el Espíritu en paz,
bendito sufrimiento el Tuyo y el mío.
Emma Díez Lobo
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