"La
Palabra es la Luz Verdadera que ilumina a todo hombre" ( Jn 1,9)
Es Luz
Verdadera porque desde Ella Dios se irradia a sí mismo hacia el alma que la
acoge haciéndonos así participes de su Sensibilidad. Hablamos de una
sensibilidad que emerge de la riqueza interior de sus palabras llenas de Vida
(Jn 1,4) Es una sensibilidad desconocida, propia de Dios, tan suave y
tierna que quien la percibe se siente arropado por El.
La Palabra
exhala también su propia fragancia indescriptible; trasciende por completo lo
que podamos encontrar, a este respecto, en nuestra exuberante y
prodigiosa naturaleza. Es que estamos hablando de la fragancia de Dios,
que la tiene; la aspiramos en sus palabras cuando El mismo nos las parte.
Digamos por fin que su Palabra está revestida de Belleza en estado puro.
Algo de ello
intuyó el salmista al decir: " Dios mío qué grande eres, vestido de
belleza y esplendor" (Si 104,1) Si, Dios es sobretodo Sensibilidad.
Bienaventurado quien tiene acceso a ella....Todo aquel que ama la Palabra, el
Evangelio con todo su corazón, terminará disfrutando de la Sensibilidad
de Dios.
P. Antonio
Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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