Pedimos a Isaías que
nos acompañe con estas palabras de Vida que Dios le dio para los que le buscan:
" Mi alma te ansia de noche y mi espíritu en mi interior madruga por
ti" (Is 26,9) Palabras que me mueven a decir... Bendito el hombre que
desde el amor a la Palabra ha entrenado su propio espíritu hasta suscitar en él
sus impulsos hacia Dios... sí, bendito porque en los momentos duros y
sangrantes de la vida. En los que la oscuridad intenta atrapar sus luces
interiores éstas se sobrepondrán majestuosamente sobre aquella.
Bendito y mil veces
Bendito porque le pase lo que le pase, nada ni nadie… ni siquiera el Príncipe
del Mal. Tendrá poder para anular los impulsos de su espíritu hacia su Padre, Dios.
Una cosa más, Dios no es un contable, es Padre y como tal espera si es
necesario hasta el último momento, a que cultivemos y entrenemos nuestro
espíritu... hasta que se impulse hacia Él.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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