Imbuidos
del espíritu de la Pascua resaltamos este caso bellísimo de la conversión de
una mujer a Jesús relatado en los Hechos de los Apóstoles. Pablo y Timoteo
habían ido a Filipos a anunciar el Evangelio y lo primero que hicieron fue ir a
la orilla del río para orar. Allí se encontraron un grupo de mujeres y Pablo
fiel a lo que había enseñado a Timoteo…" Evangeliza a tiempo y a destiempo…"
(2 Tm 4,2) les anuncio a Jesús. Una de estas mujeres le escuchaba atentamente,
expresión que indica que...*Escuchaba la Palabra con el corazón hambriento
*Sedienta de una Verdad tan diáfana que pudiese someter sus mentiras* Huérfana
del abrazo de Amor y Fuego de Dios * Y sobre todo...Loca por conocer a ese Dios
que le dicen que es su Padre. Ante esta forma de escuchar tan entrañable e
intensa, con un corazón tan entregado, nos dice Lucas que " El Señor abrió
su corazón para que se adhiriese a las palabras de Pablo" (Hch 16,14) A
veces pensamos que Dios no nos escucha. Quizás nos falta escuchar el Evangelio
como lo escuchaba Lidia.
P. Antonio
Pavía
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