martes, 21 de abril de 2020

Señor, TÚ sabes que te he querido




Al atardecer de su vida, Pablo prisionero en la cárcel Mamertina de Roma lleno de un gozo desbordante escribe a su fiel colaborador Timoteo:

He combatido el buen combate, he llegado a la meta, he mantenido la fe" (2 Tm 4,7) Pablo está orgulloso y tiene derecho a ello de estas credenciales que va a presentar ante al Señor en su muerte ya cercana. Abro un poco mi imaginación, pero con los pies en la tierra y me preguntó ¿Que diría Pedro en el atardecer de su vida? Creo que  estaría orgulloso de sus credenciales igual que Pablo. Me lo imagino recordando el diálogo que mantuvo con Jesús a orillas del mar... ¿Pedro, me amas? Pedro también prisionero en Roma actualizaría su respuesta. Le diría! Señor, tú sabes bien cuánto he querido.

Me dijiste que apacentase tus ovejas, también que diera mi vida por ellas (Jn 10,15) Aquí me tienes Jesús a punto de morir por ti, por tu Evangelio y por ellas...y Jesús le respondería…! Este es el Pedro que yo entreví en su corazón cuando le llamé a ser mi discípulo. No envidiemos ni a Pedro ni a Pablo. Tendremos su misma experiencia si dejamos que Jesús imprima su Santo Evangelio en nuestro corazón.

P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

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