Domingo al amanecer;
dos mujeres María Magdalena y la madre de Santiago se encaminan presurosas al
sepulcro. Quizás ni ellas mismas saben bien porque van pues han visto con sus
propios ojos morir a Jesús y también como después fue enterrado en un
sepulcro de piedra que además está custodiado por unos guardias que no están
para cuentos. Aun así van hacia el sepulcro; aún resuena en sus corazones la de
veces que atestiguó: ! Resucitaré al tercer día! Van hacia allí pues quieren
saber de una vez por todas si Jesús era el Hijo de Dios y solamente un
iluminado como muchos otros. Sabemos la respuesta…! Le vieron resucitado!
Hay un detalle
importantísimo en este Evangelio. Jesús sale al encuentro de las dos mujeres y
estás a abrazándose a sus pies le adoraron. Es un detalle que se nos ilumina
con estas palabras que Jesús dijo a Felipe durante la Última Cena: "Yo soy
el Camino, la Verdad y la Vida, nadie va al Padre sino por mi"(Jn
14,6) Los pies en la Escritura simbolizan el Evangelio; al abrazarse estas dos
mujeres a sus pies están adhiriéndose a Jesús, Señor y Buen Pastor que les va a
conducir al Padre con su Santo Evangelio.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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