Un salmista conocedor de la
Compasión de Dios le dice: "Pusiste nuestras culpas ante ti… Ten piedad de
nosotros…" (Sl 90, 8-13).
Sin duda, recuerda como
Moisés se puso entre Dios y el pueblo cuando esté, en el colmo de su necedad,
"olvidando" lo que Él había hecho en su favor liberándolos de la
esclavitud de Egipto... etc. se hicieron un becerro de oro en el desierto
gritando ¡Tú nos libraste del Faraón! (Ex 32, 1).
Según nosotros Dios tendría
que dejar que este pueblo tan necio se pudriera en el desierto. Pero Dios…
¡¡¡no es como nosotros… y suscitó la Intercesión de Moisés que se levantó entre
Él y su pueblo alcanzando el perdón!!! La escena no puede ser más bella...
Moisés es figura profética de Jesús que levantado en la Cruz -El Calvario fue
testigo del pecado más abominable de Humanidad- intercedió por todos los
hombres de todos los tiempos: ¡¡Padre perdónales -son tan necios que- no saben
lo que hacen!!
La historia confirma
que Israel fue una profecía de la degradante necedad de todos ante
Dios. Bien, pues vemos a Jesús levantado en la Cruz elevando al Padre la Gran y
Definitiva Intercesión acerca de la cual dice Pablo: "- Jesús -. Canceló
la nota de cargo que había contra nosotros y la suprimió clavándola en la
Cruz" (Col 2, 14).
P. Antonio Pavía-comunidadmariamadreapostoles.com
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