Hoy vemos a Jesús confirmando la llamada hecha a Pedro a orilla del mar (Jn 21, 1...). El apóstol está marcado por su impotencia de no haber expuesto su vida por Jesús. Imaginamos su profundo estupor cuando Jesús le pregunta: ¿Me amas? El rudo pescador avezado a capear tormentas se estremece por completo y apenas acierta a balbucear: ¡Señor, tú lo sabes todo, sabes que quise amarte y seguirte en tu pasión y no pude! Jesús sin inmutarse le dice: ¡Apacienta mis ovejas! El apóstol queda descolocado por completo… y pensaría: No he podido dar la vida por Él… ¡¡Menos aún por sus ovejas!!
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