Somos sarmientos de la
Vid de Dios
"Yo soy la vid
verdadera..." Así empieza Jesús el Evangelio de hoy. Es la vid verdadera
cuyos frutos nos ennoblecen a todos; frutos como son el perdón, la misericordia
la curación de heridas internas... etc… y como culmen inimaginable el
fruto de llegar a ser hijos de Dios (Jn 1, 12).
Son frutos abiertos a
todo hombre y que nos anticipa ya mientras vivimos en el mundo la Alegría de la
Fiesta interminable que supone estar con Dios… como Padre. No salimos de
nuestro asombro, seguimos con el Evangelio de hoy, cuando oímos que dice a sus
discípulos... "Y vosotros sois mis sarmientos".
El Señor Jesús nos
capacita para ser, para los hombres, su Luz, su compasión hacia el afligido, el
abandonado, el sostén de los pobres, el reflejo de la Transcendencia gracias a
la cual el hombre, primero intuye y posteriormente descubre que no es un
producto más e incluso casual de la Naturaleza.
Somos inmensamente
débiles… aun así Jesús nos llama a ser sus sarmientos al servicio del mundo.
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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