viernes, 12 de junio de 2020

Padres custodios de almas



                                                        
¡Vaya verdad!!! Somos los tenedores de almas que deben volver al Padre, pero que no nos enteramos hasta que nos enteramos -valga la redundancia- y entonces… Entonces diremos: “Yo hice lo mejor que supe”. Pues de eso nada, pero nada de nada.

A ver, si nos diéramos cuenta del “detallito”: SON DE DIOS, el mundo no sería lo que es, pero no caemos en el detalle; creemos que son de nuestra propiedad y así van los “nenes” creciendo y haciendo lo que les sale del pié. Generación tras generación “creamos”: Agnósticos, incrédulos, siddhartitas, malos, medio regulares… ¡Un cuadro espectacular!

No les inculcamos que el alma viene impoluta, vacía de “cosas” que debe llenar aquí y llevar a Dios de vuelta; no les dijimos: “Oye, limpia siempre tu alma y cárgala de bondades, no sea que tu necedad te arrastre al  infierno”.

Pero no, les llenamos de “comiditas y juguetes” fantásticos con poco espacio para Dios y, ¡Ea! todos al precipicio gorditos y rebosantes porque los “papis” lo hicimos genial. 
   
También es verdad que de padres piadosos salen nenes “al revés”, y es que Satán se aprovecha de toda debilidad disfrazándose de moderno consejero: “Tus padres son unos arcaicos, no te cortes y vive como te dé la gana” (y así te vienes conmigo).

Señor perdónanos por ser simplemente custodios y no nos dimos cuenta; perdona a nuestros hijos lo que a nosotros corresponda y a ellos preséntate por mil caminos.                

Emma Díez Lobo


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