Estoy en todos los
libros de la antigua historia de Roma cuando nos tenían un miedo feroz… Vaya
por Dios como teníamos tantas espadas… Soy de aquellos donde los mártires se santifican, el Padrenuestro se
reza y donde nacen los únicos Santos y
milagros de la tierra.
Soy de Judea y de
Roma, en todas partes rechazada y en todas partes sostenida por el Rey de otro
mundo; soy de ese grupo al que siempre recordarán porque digo y escucho lo
mismo que ellos. Esto me hace sentir dichosa en verdad.
Para mí, llamarme
cristiana era lo normal, pero no, ya no es tan normal, el mundo ha vuelto a sus
dioses, ahora no se llaman Zeus, Júpiter o Mammón, pero son los mismos…
Dime ¿Qué luz me
has dado hoy que me siento así? Tal vez os pase lo mismo a vosotros si lo
pensáis despacio ¡Somos los cristianos!, es genial.
Gracias Señor, en
éste Rosario mundial me habéis recordado lo unidos que estamos cuando el dolor
y la muerte cubren la tierra.
Cristianos con
María, somos los evangelizados por Dios y aunque no tengamos caballos blancos (como
Santiago Apóstol), continuemos la labor de Cristo -ahora que estamos en la
superficie porque a este paso… me veo en los garajes-. ¡Dios mío, parece que Te
acercas por segunda vez!
Emma
Díez Lobo
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