Juan
escribe en el Prólogo de su Evangelio que " En la Palabra de Dios estaba
la Vida" Este anuncio ante tanto clamor de negativismo y desánimo que nos
invade nos debería de llenar de esperanza. El Evangelio rebosa como dijo Pedro
a Jesús de " Palabras de Vida Eterna " (Jn 6,68) por eso no debemos
de leerlo como se lee un libro piadoso sino para encontrar en sus páginas la
Vida. Jeremías comparte con nosotros a este respecto una experiencia
testimonial que nos ilumina, conmueve y arrastra. Oigamosle conversando con
Dios: "Cuando encontraba " tus" palabras las devoraba; eran
para mí la alegría y el gozo de mi corazón…" (Jr 15,16).
El Evangelio no se
lee de corrido como se lee el periódico sino en actitud de búsqueda esperando
que Dios nos revele algo de su Misterio que navega oculto en sus palabras…a
esto se refería Jeremías a decirnos " cuando encontraba " tus "
palabras. Tenemos que leer el Evangelio como pobres de espíritu…con las manos
del alma tendidas a Dios esperando su Alimento. Leer la Palabra con el espíritu
del salmista: "Como la cierva sedienta...así mi alma te busca a ti mi Dios
vivo"(Sl 42,2-3).
P.Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.
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