Amigo que publicas
mis pensamientos, sabes que no tengo mérito alguno, pero me alientas a seguir y
lo hago emocionada, eso sí, a mi estilo “calle” y, de esta manera contar hoy cómo
Dios hace las cosas.
Y en verdad que Dios
tiene unas fórmulas que no hay quien las entienda, hasta que das con una que
entiendes y por algún lado la “cuestión” empieza a cuadrar. A ver si me explico
porque al final vais a pensar que los cristianos comidos por leones, era genial
¡PUES NO!
Dios no quería eso,
sufría más que los cristianos, pero no quita libertades -no creó marionetas sin
sentido- y ahí estamos todos, desde malos e incrédulos a buenos y santos
pasando por los que como yo, cometemos un montonazo de pecados que ¡Vaya por
Dios, no hay manera!
Imagino el tormento
de aquellos inocentes, pero ¿hay algo más grande “a las puertas de un circo
romano” que la VIDA suprema de un mártir o un inocente envuelto por
Dios?
Os diréis, pero… “Si Dios
hubiera evitado esto o lo otro”. No, no interviene, es labor del
hombre, de la naturaleza… Cuando Dios hace un milagro espectacular (ej.: Evitó que Juan Evangelista se quemara
en la caldera de aceite hirviendo), es por algo con consecuencias
universales para bien de la humanidad -Juan
escribió después, el Apocalipsis en Patmos-. “Estudiad” los milagros habidos
en el mundo y entenderéis sus cuandos y sus porqués.
Dejemos a Dios sus
“manos libres” y a la FE que mueva nuestras montañas.
Gracias amigo,
Emma Diez Lobo
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