En general la
sociedad mide a las personas según su rendimiento y eficacia y esto tiene
su Talón de Aquiles. De hecho todo hombre por muy productivo que haya sido en
su quehacer profesional, en el mundo empresarial e incluso en el ámbito de la
política llegada una cierta edad o por otras causas su línea ascendente entra
en declive... su eficacia no es la misma y poco a poco va siendo relegado hasta
que llega un día en el que en medio de agradecimientos, homenajes y demás, se
le da elegantemente el adiós. No es así ni mucho menos para aquellos que
incluso inmersos en el mundo laboral se preocuparon de buscarse su tiempo para
realizar en el mundo su misión como discípulos de Jesús.
Estos jamás conocerán
el declive, la curva descendente en su vida. Efectivamente los discípulos de
Jesús también en la ancianidad llena de la Sabiduría que da el Discipulado dan
abundancia de frutos. Nos lo dice Dios por medio del salmista: "...Aún en
la ancianidad seguirán dando fruto, se mantienen frescos y lozanos para
anunciar que Dios es recto... (Sl 92,15-16) Son estos frutos los que
testifican que Dios no les ha mentido ni fallado...su línea vital siempre
ascendente lo demuestra.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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