martes, 5 de mayo de 2020

Sé tú mi fianza Señor



Partimos la Palabra del versículo 122 del Salmo 119 que nos muestra con toda claridad la confianza que este hombre fiel tiene en Dios. Le súplica: “Sé tú mi fianza Señor, no me entregues en manos de mis opresores “Como  no tiene como defenderse pues sus acusadores son poderosos pide a Dios que sea El su fianza.

La situación de este hombre se parece a la nuestra cuando nuestro Acusador, que esto es lo propio de Satanás, nos recuerda sin cesar pecados de nuestra vida pasada aunque estén ya confesados y perdonados y este recuerdo martiriza nuestra conciencia. Hemos de rezar con la Escritura y decir como el salmista a Dios...” Se tú mi fianza". Dios que escucho al salmista nos escucha a todos; nos envió a su Hijo  como fianza de nuestras culpas y deudas. Con una aclaración; las fianzas se cobran, esta no.

En su muerte Jesús clavo en la Cruz todas nuestras deudas por siempre. Oigamos a San Pablo: " Jesús cancelo las notas de cargo que había contra nosotros...las suprimió clavándolas en la Cruz (Col 2,14)

P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

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