Jesús dice hoy a sus
discípulos, de todos los tiempos, que el mundo no puede recibir el Espíritu de
la Verdad y es así porque Satanás, su príncipe, es padre de la mentira (Jn
8,44). Me dejo iluminar por Carlo Acuti, adolescente italiano que subió al Padre
en el 2006 y cuya causa de beatificación está muy avanzada. Uno de los legados
más bellos, según mi parecer, que nos legó a todos los que buscamos a Dios es
este: "Todos nacemos como originales pero muchos mueren como
fotocopias". Creo que es esto lo que marca la diferencia entre los hijos
de la Verdad y de la mentira. A quienes buscan a Dios con corazón firme el
Espíritu de la Verdad les conduce e impulsa con tal fuerza hacia el Evangelio
que este hace resplandecer en su alma el diseño original con el que vinieron al
mundo.
Su bellísima singularidad es palpable a todos los que les rodean. Cada
discípulo de Jesús manifiesta su propia originalidad... no están hechos en
serie. Por su parte el príncipe de este mundo solo puede hacer personas-
fotocopias opacas y grises como su propia existencia.
P. Antonio Pavia
comunidadmariamadreapostoles.com
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