martes, 19 de mayo de 2020

EL AMOR PERFECTO A DIOS






La palabra temor para un israelita no significa lo mismo que para nosotros que la asociamos con el miedo. De hecho un israelita es instruido en el temor de Dios: voy a enseñaros el temor de Dios, dice el salmista; temor que es uno de los dones del Espíritu Santo y principio de toda Sabiduría (Pr 1,7).

El Salmo 112 nos ilumina a este respecto: "Bienaventurado el que teme al Señor y ama de corazón sus mandatos".

Sabemos que en la Espiritualidad Bíblica palabra y mandato son sinónimos. Hablamos entonces de un temor glorioso que nos impulsa a obedecer amorosamente a Dios... a sus palabras. Abraham representa a todo fiel que teme a Dios es decir que ama sus palabras con todo su corazón incluso cuando le descolocan como cuando le dijo: ¡Sacrifícame a tu hijo! 

Nuestro padre en la fe con el corazón destrozado y perplejo le obedeció. Sabía, aunque no cómo, que el sacrificio no se consumaría. A punto de clavar el cuchillo sobre Isaac, Dios detuvo su brazo y le dijo: Ahora ya sé - y tú también - que me temes, que me amas no con la boca sino con el corazón. Ahora ya lo sabemos los dos. He ahí el amor perfecto entre Dios y sus fieles.

P.  Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

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