El Evangelio de hoy nos
habla de Jesús El Buen Pastor. Bebemos de uno de los manantiales que brotan de
este pasaje y vemos que la calidad de nuestra escucha de la Palabra es
correlativa a la intensidad de nuestra búsqueda de Dios. La Escritura nos dice
que una persona encuentra a Dios cuando al buscarle con todo su corazón y toda
su alma aprende a escuchar su Voz (Dt 4,29-30).
Esto nos dice también
el Evangelio de hoy. Jesús vino al mundo, representado en el redil de las
ovejas, llama a las suyas, las que reconocen su Voz, las saca del redil y éstas
le siguen... ¿Adonde?. Al Padre (Jn 17,24). Jesús dice que sus ovejas le siguen
porque conocen su Voz, es decir que tienen sabiduría para reconocer la Vida
Eterna en sus palabras. Los extraños también tienen voz pero hablan en su
propio nombre no en el nombre del Padre como Jesús (Jn 5,41-43).Los que hablan
en su propio nombre, por muy ilustrados que parezcan. Ni sacan a nadie del
redil ni ellos mismos pueden salir.
Están cercados en y por
sí mismos.
(P. Antonio Pavía Misionero
Comboniano)
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