jueves, 7 de mayo de 2020

El Manto de Jesús


En la Espiritualidad Bíblica el manto simboliza el espíritu de quien lo lleva; por ejemplo cuando el profeta Elías es arrebatado al cielo su discípulo Eliseo recoge y se pone su manto e inmediatamente empezó a profetizar con el espíritu de su maestro. Hablemos del Manto de Jesús recordando a aquella mujer que hacía años que perdía sangre…imagen de que se estaba vaciando de vida y no podía hacer nada para evitarlo. Se acercó a Jesús con verdadera fe, tocó su manto e inmediatamente quedo curada. Hay una relación de identidad entre el manto de Jesús y su Evangelio, fuerza de salvación como lo llama Pablo (Rm 1,16) Dicho esto sigamos los pasos de Jesús en su Pasión.

 Antes de morir se dejó despojar de su túnica, su manto que los soldados romanos se sortearon al azar. Nosotros no lo recibimos por azar. Jesús lo da a todo aquel que le busca con todas sus fuerzas, pues es consciente de que solo Él puede evitar que la vida se le diluya en nada como le pasaba a aquella mujer.

 Al recibir su manto, su corazón se llena con tal efusión de gozo que puede decir con el salmista: "Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad" (Sl 16,6) Acariciamos lo que nos dice Isaías a este respecto: Me alegrare con gozo en el Señor, mi alma exulta en Dios porque me ha revestido de salvación, me ha envuelto en manto de Gloria" (Is 61,10). Bellísimo sí, pero primero hemos de despojarnos del manto viejo que fue lo que hizo el ciego de Jericó…al ser llamado por Jesús arrojo su manto al suelo y le siguió.. (Mc 10,46-52).

P. Antonio Pavia 
comunidadmariamadreapostoles.com


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