Antes de dirigirse al
Huerto de los Olivos donde Judas le va a traicionar, Jesús se abre
confidencialmente al Padre poniendo de relieve las dos columnas de la fe
adulta: El Amor a Dios, no nos sorprende, y al prójimo, a toda la humanidad
representada por los apóstoles que reflejan la debilidad que a todos nos atañe.
Debilidad que les impide amar al Señor hasta dar la vida por Él, como
proclamaron sus sentimientos pero no posible para su corazón aún deshabitado de
la Palabra. Jesús que les ama y nos ama como jamás nadie ha amado a nadie ruega
al Padre que cuide de ellos ante el escándalo que supone su
Pasión....escándalo...del aparente triunfo del mal que nos alcanza a todos (Mt
26,31)
Continúa Jesús orando
con el Padre y le dice que les ha dejado como herencia el Evangelio recibido de
El mismo. (Jn 14,24) Se y nos lo deja en herencia ante el Padre que actúa de
Testigo y Notario..." Les he dado tu Palabra..." Con esta Sacrosanta
herencia… solo con esta herencia acogida en el corazón es que podemos desplazar
nuestra debilidad y llegar a ser Discípulos de Jesús. Sin ella, sin el
Evangelio podremos ser unas buenas personas… pero nada más que eso...buenas
personas, encomiable pero no sufriente para ser discípulos de Jesús.
P. Antonio Pavía
comunidadmariammadreapostoles.com
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